Galletas Lengua de Gato
En muchas ocasiones no es necesario recurrir a grandes postres innovadores o con ingredientes raros para sorprender a nuestra familia. Las lenguas de gato caseras son un delicioso bocado dulce que se va muy bien en la merienda o en el desayuno. Pueden acompañarse con un té o un café, y también sirven como base para algunos postres y tartas.
Su nombre se debe a la similitud con las lenguas de las adorables mascotas. Su origen no está muy claro: por un lado se dice que son un dulce egipcio (que era como un tributo a los felinos tan venerados por ellos y crearon éstas galletas en su honor), y por otro lado se dicen que son un dulce germano de mediados del s. XIX. La única diferencia al investigar sus antecedentes es que las lenguas “germanas” se hacían con chocolate, mientras que las lenguas “egipcias” no. Independientemente de donde venga la receta original, la verdad es que son riquísimas, y fáciles de preparar. Son una excelente opción en estos días de cuarentena. Solo hay que tener en casa los siguientes
ingredientes: (Rinde para 50 unidades)
2 ½ tazas de harina de trigo
½ cucharadita de polvo para hornear
250 gramos de mantequilla a temperatura ambiente
1 huevo
¾ taza de azúcar impalpable
1 cucharadita de esencia de vainilla
Preparación:
1.- Precalentar el horno a 180º C. En un bol batir con batidora eléctrica la mantequilla unos minutos hasta que esté desarmada, agregar el azúcar impalpable y seguir batiendo por 3 minutos hasta que esté la mezcla ligeramente pálida y espumosa. Añadir el huevo y la vainilla y seguir batiendo hasta que esté totalmente incorporado. Agregar la harina y el polvo para hornear, en 2 o 3 tandas, continuar batiendo hasta que todos los ingredientes estén bien incorporados.
2.- Poner la mezcla en una manga con boquilla grande lisa o dentada. Y sobre una bandeja engrasada o cubierta con papel encerado hacer palitos de 5 a 7 centímetros de largo, dejando una distancia entre ellos ya que crecen un poco en el horno.
Hornear por 10 minutos hasta que se comiencen a dorar. Sacar del horno y dejar enfriar en la misma bandeja, ya que son muy frágiles y se pueden quebrar.
¡A disfrutar en familia!
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